segunda-feira, 17 de setembro de 2012

Venezuela: Hugo Chávez se encamina hacia un nuevo triunfo electoral



Caracas (PL) A pocos días de las elecciones presidenciales del 7 de octubre, el jefe del Estado venezolano, Hugo Chávez, se encamina hacia una nueva victoria ante las urnas, que, según vaticinan la mayoría de las encuestas, será amplia y contundente.

Empresas consultoras de todos los colores políticos y con destacada trayectoria profesional toman el pulso desde hace meses a la opinión pública nacional y todas coinciden al pronosticar la reelección del mandatario con ventajas que oscilan de unas a otras entre los 15 y 25 puntos porcentuales.

Desde mediados de este año, en prácticamente todas las actividades públicas de su campaña, el líder bolivariano insiste en la necesidad de que en su trabajo proselitista los activistas de su comando electoral vayan más allá de los chavistas convencidos y se acerquen a la clase media, a los indecisos.

El objetivo, ha dicho el mandatario, es tratar de ganar los comicios con 10 millones de votos, a fin de acercarse al 70 por ciento de los sufragios, un resultado que considera posible a partir del crecimiento sostenido del número de votos alcanzados en todos los comicios presidenciales en que ha participado.

LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE 1998

Chávez asumió por primera vez la presidencia de Venezuela en enero de 1999, tras derrotar en los comicios celebrados el 6 de diciembre de 1998 al empresario y economista Henrique Salas Römer, por entonces gobernador del petrolero estado Zulia, quien fue postulado por Proyecto Venezuela, un partido que él mismo fundó.

Salas Römer recibió a última hora el respaldo del socialdemócrata Acción Democrática (AD) y del socialcristiano Comité de Organización Política Electoral Independiente (Copei), que se habían repartido el poder en Venezuela desde los años 60, pero sólo recibió 2,6 millones de votos, equivalentes al 39,97 por ciento.

Por su parte, Chávez, quien concurrió respaldado por el Movimiento V República (MVR) y apoyado por varias organizaciones agrupadas en el Polo Patriótico, fue electo al conseguir tres millones 673 mil 685 votos, cifra equivalente al 56,2 por ciento de los sufragios válidos.

Ese resultado fue el segundo mayor porcentaje obtenido por un candidato presidencial durante las cuatro décadas anteriores en Venezuela y permitió al líder bolivariano suceder al mandatario precedente, el socialcristiano Rafael Caldera, quien ocupó dos veces el cargo (1969-1874 y 1994-1999).

Estas elecciones fueron convocadas para elegir al jefe del Estado para el período constitucional 1999-2004, pero eso cambió tras el referendo aprobatorio de una nueva Constitución del 15 de diciembre de 1999, efectuado a propuesta del propio Chávez.

Previamente, una Asamblea Nacional Constituyente elegida por sufragio universal, directo y secreto, que incluía una representación de los pueblos indígenas, elaboró el nuevo texto que sustituiría a la Constitución de 1961, el que fue debatido durante casi seis meses en el Parlamento.

La Constitución Bolivariana fue aprobada finalmente en referendo por el 71,78 por ciento de los votos y, como consecuencia, fueron convocadas elecciones generales adelantadas en el año 2000, a fin de relegitimar todos los cargos de elección popular, incluida la Presidencia de la República.

LAS ELECCIONES PRESIDENCIALES DE 2000

La nueva Carta Magna estableció períodos presidenciales de seis años -en lugar de los cinco aprobados hasta entonces-, que comenzarían siempre el 10 de enero del año siguiente a la elección del mandatario.

Sobre las nuevas bases establecidas en el texto constitucional, el 30 de julio del 2000 se efectuaron elecciones generales, en las que, además del Jefe del Estado, la población votó para elegir a gobernadores, alcaldes y diputados al Parlamento.

Como mandatario en funciones, Chávez concurrió para optar por la reelección en estos comicios, que como dato curioso no contó con candidatos de los tradicionales AD y Copei.

El principal contrincante del presidente fue Francisco Arias Cárdenas, su compañero de armas y amigo personal, participante en la rebelión de militares progresistas que lideró Chávez en 1992, pero distanciado en ese entonces del jefe del Estado.

En su campaña, Arias Cárdenas se presentaba como el candidato del consenso para todos los sectores de la sociedad y llegó a declarar que la Revolución Bolivariana se había desviado de sus orígenes.

Sin embargo, en la cita, Chávez fue reelegido al obtener tres millones 757 mil 773 votos, cifra equivalente al 59,76 por ciento de los sufragios, mientras que por Arias Cárdenas optaron algo más de 2,3 millones de votos, el 37,52 por ciento del total.

Años después, Arias Cárdenas y Chávez se reconciliaron y actualmente es vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) -que preside el mandatario- para los estados Falcón y Zulia, y candidato para la gobernación de Zulia en las elecciones regionales de diciembre de este año.

EL REFERENDO PRESIDENCIAL DE 2004

El modelo de sociedad que el presidente Chávez comenzó a construir en Venezuela desde su llegada a la presidencia, mediante un radical proceso de reformas políticas, económicas y sociales dirigidas a afianzar la soberanía y consolidar la independencia, soliviantó en su contra a los sectores más acomodados del país.

La crispación social y la crisis política promovida por esos sectores y azuzada por los medios privados de difusión -escritos, radiales y televisivos- se agravó con rapidez y culminaron con el golpe de Estado del 11 de abril de 2002, pero la asonada fracasó dos días después por el masivo rechazo de la población, que salió a las calles en defensa del presidente y de la mayor parte de los militares.

Tras el fracaso del golpe, la oposición intentó nuevamente derrocar a Chávez mediante el llamado Paro Petrolero, efectuado de diciembre de 2002 hasta febrero de 2003, con el que se trató de paralizar el país y dejar al gobierno sin la principal fuente de recursos financieros.

Esa acción también fracasó, pero, entre otras consecuencias, provocó gravísimas pérdidas financieras, calculadas en decenas de miles de millones de dólares por el cese durante ese período de las exportaciones de crudo.

Durante el resto del año 2003, la oposición continuó sus marchas, disturbios y cacerolazos promovidos por la Coordinadora Democrática, los canales de televisión, la patronal Fedecámaras y sus empresarios aglutinados, además del sindicato CTV y la iglesia católica, para forzar la renuncia de Chávez.

Finalmente, y ante la incapacidad de derrocar al presidente por medios violentos, la oposición, agrupada en una coalición denominada Coordinadora Democrática, aceptó la opción del plebiscito, contemplada en la Constitución Bolivariana de 1999.

Después de muchos debates y cuestionamientos mutuos, en mayo de 2004 la oposición logró reunir dos millones 436 mil 830 firmas, monto mínimo establecido por la constitución como requisito para convocar un referendo, que el Consejo Nacional Electoral fijó para 15 de agosto de ese año.

En el referendo, que la oposición llamó revocatorio y los chavistas calificaron de ratificatorio, se escrutaron nueve millones 789 mil 637 votos válidos, de un padrón electoral integrado por poco más de 14 millones de electores.

Y tampoco por la vía electoral la oposición logró esta vez derrocar al presidente, pues por el NO, es decir, contra la destitución de Chávez, se pronunciaron cinco millones 800 mil 629 venezolanos, para el 59,10 por ciento del total, mientras la opción contraria recibió tres millones 989 mil ocho sufragios, el 40,64 por ciento.

ELECCIONES PRESIDENCIALES DE 2006

Una vez vencido el período constitucional de seis años, el Poder Electoral convocó para el domingo 3 de diciembre de 2006 elecciones presidenciales.

A partir de todos los fracasos anteriores, los sectores opositores llegaron a la conclusión de que es imposible vencer a Chávez en las urnas si no se presenta un candidato único y decidieron escogerlo entre todos los que aspiraban al cargo, en elecciones primarias convocadas para el mes de agosto, pero que finalmente no se realizaron.

Fue Manuel Rosales, gobernador del estado Zulia y candidato del partido Un Nuevo Tiempo, quien fue elegido "de dedo" para representar a todas las formaciones políticas opositoras en esos comicios

Entre sus antecedentes políticos figura su firma en nombre de todos los gobernadores en respaldo del decreto que nombró presidente de la República al golpista Pedro Carmona Estanga en abril de 2002, acción sobre la cual dijo años más tarde que fue "un momento de confusión" y que lo hizo "con la mejor de las intenciones por el bienestar del país".

El apoyo de 44 formaciones políticas opositoras tampoco fue suficiente esta vez y el día de las elecciones votaron por Manuel Rosales cuatro millones 292 mil 466 venezolanos, equivalentes al 36,91 por ciento de los votos válidos, mientras que Chávez fue reelegido nuevamente con el favor de siete millones 309 mil 80 electores, el 62,85 por ciento del total.

Como dato adicional, se recuerda que en abril de 2009 Rosales fue formalmente acusado de enriquecimiento ilícito durante su gestión como gobernador de Zulia, pero el juicio no llegó a efectuarse debido a que viajó a Perú, donde solicitó asilo político y donde permanece desde entonces.

Su esposa, Eveling Trejo, es actualmente la alcaldesa de Maracaibo, capital de ese rico estado venezolano.

EN EL CAMINO HACIA EL 7 DE OCTUBRE

En las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012, el presidente Chávez aspira a ser reelegido nuevamente y tiene como principal adversario a Henrique Capriles Radonski, del partido Primero Justicia, quien fue elegido candidato único de la mayoría de las formaciones opositoras agrupadas en la llamada Mesa de la Unidad Democrática (MUD) en las primarias del 12 de febrero pasado.

Aunque a la cita concurrirán otros cinco aspirantes, la contienda se centrará entre el mandatario y el candidato de la MUD, los únicos con posibilidades reales de resultar elegidos.

En esos comicios se juega el futuro de la Patria, ha proclamado Chávez en numerosas oportunidades, y argumenta que el programa de su oponente esta dirigido a desmontar todo lo logrado por la Revolución Bolivariana desde enero de 1999 y volver a privatizar las principales industrias, especialmente la petrolera y entregar el país a las transnacionales estadounidenses y europeas.

Son dos modelos de país diametralmente opuestos y escoger entre ambos es, de hecho, la decisión que deberán adoptar los venezolanos el día de las elecciones.

* Corresponsal de Prensa Latina en Venezuela

ema/agp

Fuente: Prensa Latina

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